VUCA se ha convertido en un acrónimo de moda en el mundo de la gestión organizacional. Es la abreviatura de volátil, incierto, complejo y ambiguo y pretende ilustrar las condiciones del mundo de hoy, que permiten reflexionar acerca de qué tanto se sabe de la situación y qué tanto se puede predecir el impacto de las acciones (Bennet, N. 2014). A grandes rasgos, el entorno VUCA resulta ser volátil por que el desafío es permanente, inesperado, y de duración desconocida. Es incierto porque el cambio permanente y la planificación a largo plazo se complejiza. Es complejo porque la situación tiene muchas variables interconectadas. Alguna información está disponible o puede predecirse, pero el volumen o la naturaleza de la misma pueden ser abrumadores de procesar. Cada vez hay más acceso a la innovación lo que agudiza la competencia. Finalmente, es ambiguo porque las relaciones causales son completamente confusas. No existen precedentes y los límites entre el mundo virtual y el mundo “real” cada vez se desdibujan más.
La cuarta revolución industrial es un elemento que influye determinantemente en este escenario. La convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas ha permitido una evolución sin precedentes en términos tecnológicos; lo que ha cambiado fundamentalmente la forma de vivir y de trabajar. Como lo mencionó Klaus Schwab en el 2016, “estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes”. Si se analiza esta frase en retrospectiva, es totalmente premonitoria.
Dado este escenario, ¿cuáles son las implicaciones para el liderazgo? Sin lugar a dudas, las competencias requeridas por parte de los líderes han evolucionado.
El liderazgo organizacional lo podríamos definir como la capacidad de influir positivamente en otros para facilitar el cumplimiento de los objetivos de la organización. También implica la capacidad de movilizar adecuadamente los recursos organizacionales, reconociendo y aplicando las tendencias que permitirán a la empresa crecer en entornos VUCA. Siendo así, ¿cuáles son las tendencias que los líderes deben conocer, comprender e implementar dentro de su gestión?
Holocracia: esta es una filosofía de gestión que promueve la autonomía y la des-centralización del poder en la organización. Aquí se entiende a la empresa como un sistema que evoluciona permanentemente (no estático) donde los “cargos” se sustituyen por roles no estáticos con un propósito bien definido. Las obsoletas estructuras jerárquicas se reemplazan por estructuras circulares donde los equipos son autónomos y pueden acceder a información relevante en tiempo real. En esta filosofía, la diversidad (en el sentido más amplio de la palabra) y la agilidad priman, y se le da mucho valor a los talentos de cada uno de los colaboradoes.
Implicaciones para el liderazgo: en primer lugar, el líder debe promover la agilidad por encima del perfeccionismo, buscar sistemas objetivos para conocer los talentos de cada individuo y utilizar la data para tomar decisiones estratégicas.
Organizaciones ExO: es una forma de definir a las organizaciones que logran crecer 10 veces más que su inversión, son el doble (o más) que su competencia y se basan en tecnologías que le permiten tener un crecimiento exponencial. Además, estructura de costos no crece proporcionalmente a su crecimiento en ingresos
Implicaciones para el liderazgo: independientemente del área de trabajo del líder, este debe ser capaz de reconocer las tecnologías exponenciales y cómo estas pueden impactar su labor y los resultados de la organización. Debe conocer las características de las empresas ExO y plantear KPIs y OKRs para llegar a consolidar una cultura ExO en el equipo. Así mismo, deben colaborar con la re-definición del negocio en función de estas nuevas tendencias.
Agilismo: las metodologías ágiles son sistemas de gestión de la innovación dentro de la empresa. Contrario a lo que se puede pensar, la innovación es un proceso sistemático que requiere rigurosidad y planificación. Por tanto, estas metodologías ya inventadas son herramientas que guían a los equipos a establecer flujos de trabajo para crear nuevas soluciones disruptivas o incrementales. Existen varias metodologías ágiles, como Scrum, Lean Startup, Design Thinking, Design Sprint y otras.
Implicaciones para el liderazgo: los líderes actuales deben conocer el funcionamiento de estas metodologías y reconocer cuál de ellas puede apalancar los resultados dentro del equipo (que dependerá del objetivo del equipo y la estrutura intera de la empresa). Así mismo, el líder debe facilitar el desarrollo de las competencias requeridas para lograr la adopción de estas metodologías en sus equipos.
Talento: “La paradoja de hoy en día es que, si bien vivimos en un mundo que cuenta con tecnología asombrosa, es, y siempre lo será, el potencial humano lo que nos hace avanzar como sociedad” (HC Trends Delloitte 2019). Esta frase denota la situación actual: por más tecnología que haya, el factor humano es lo que permite que personas, empresas y sociedades avancen. Esto implica que, cada vez más, las competencias blandas toman un mayor nivel de importancia en el desempeño, incluso más que las competencias técnicas.
Implicaciones para el liderazgo: los líderes deben ser consientes de la importancia de desarrollar ellos mismos las competencias blandas más relevantes que son el resultado del upskilling en el que se encuentra el sector productivo. A raíz de una exhaustiva investigación, Thuoper identificó las competencias más relevantes para el liderazgo actual:
Networking estratégico: Forma grupos sociales con redes estratégicas físicas y virtuales. Construye fácilmente relaciones basadas en la confianza, donde hay beneficios mutuos a nivel personal y laboral.
Negociación estratégica: Intercambia de manera interactiva información y habilidades con el propósito de encontrar acuerdos que resulten satisfactorios para el crecimiento de la organización. Dialoga y genera sanos debates ganar-ganar.
Gestión del Cambio: Gestiona a otros para incorporar estrategias que permitan utilizar nuevas tendencias y situaciones de ambigüedad como potenciadores del negocio. Promueve que otros adopten los cambios de manera efectiva en un proceso que concluye en aprendizajes y buenas prácticas.
Gestión del Conocimiento: Planifica y controla los flujos de conocimiento relevantes para el funcionamiento de la empresa. Construye espacios de transferencia de conocimiento para el desarrollo de la organización y de las personas. Busca que todos los miembros de la organización tengan acceso al conocimiento.
Orientación a los datos: Extrae, depura y analiza información verificable de tipo numérico, con el fin de tomar decisiones pertinentes, optimizar los procesos y mejorar los resultados de la organización.
Afinidad tecnológica: Implementa tecnologías de la información en su trabajo. Se interesa adquirir nuevas competencias mediante tecnologías que permiten una transformación de las condiciones en las que se ejecuta una labor.
Estas son las 4 tendencias que el líder de hoy debe reconocer e implementar en su gestión para tener mejores resultados y estar a la vanguardia de lo que el mundo actual necesita.